Ayer

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caminando por Santa Ana

lunes, 17 de enero de 2011

IN MEMORIAM



            El pasado domingo 16 de los corrientes, hojeando las páginas de un periódico de circulación local me encontré con la triste noticia que mi amigo el Profr. Santiago Ríos Sáenz había fallecido.  A mi mente acudieron aquellos momentos compartidos, escasos por cierto;, pero no por eso, substanciosos y gratificantes en grado sumo.
            Quedan en mi mente grabados por siempre, inolvidable maestro; tu campechanidad, tu disposición al dialogo, tu entereza, tu verticalidad, tu honestidad y tu apoyo en aquellos momentos en estaba por nacer el Sindicato Único de Trabajadores del Instituto Campechano (SUTIC).  No era necesario que figuraras al frente de esa lucha, tu labor fue de trinchera invitando a tus compañeros de trabajo a apoyar la causa y vaya que ayudaste.
            Recuerdo cuando en los pasillos del Instituto Campechano me comentaste que ya te habías jubilado, vi que en tus ojos y en tus palabras se reflejaba la satisfacción por el deber cumplido, comentamos el rumbo equivocado que han tomado aquellos que vienen a este Benemérito Colegio sólo porque no tienen otro lugar en donde cobrar.  En esa ocasión nos despedimos con la alegría de saber que habías grabado un disco.
            La última vez que nos estrechamos la mano, fue en al atrio del Ex templo de San José, lugar en donde te encontrabas esperando a tu hijo, nada hacía suponer que sería la última vez que carnalmente nos saludáramos.
            Aún con el periódico en mis manos, con bastante coraje veía que la única institución que no daba cuenta de tu partida inolvidable maestro, fue precisamente el Benemérito Instituto Campechano.  Se que eso no te preocupa maestro, sabemos que las esquelas del Benemérito son para los políticos que no aportaron nada a este Colegio.
            Sabemos, que como decía Platón “el arte maestro de la injusticia, es parecer ser justo sin serlo”.
            Sabemos que eso; lejos de propiciar el olvido, muy por el contrario, aviva y magnifica en las mentes  de quienes tuvimos la fortuna de ser tus compañeros de trabajo y tus amigos tu recuerdo imperecedero.
            Hasta pronto amigo.

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