Ayer

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caminando por Santa Ana

martes, 7 de febrero de 2012

Después de las medallas


                El día dos de abril del año de un mil novecientos ochenta y dos el H. Consejo General del Instituto Campechano (hoy flamante Consejo Superior), da a conocer al inolvidable Lic. Guillermo González Galera. Director General en funciones de ese Benemérito Colegio, que el proyecto del Reglamento de Prestaciones Sociales al personal administrativo y docente que presentara para su análisis y aprobación en su caso; quedó aprobado.
                Con esa aprobación vía Dictamen; los trabajadores de esa ciento cincuentenaria institución quedaron protegidos gracias a la inconmensurable visión del pro-hombre que tocaría los dinteles de la inmortalidad al partir hacia el éter de las estrellas.
                El Proyecto hecho Reglamento vía el Dictamen del H. Consejo Superior, enuncia muy claramente en su TRANSITORIO CUARTO  lo siguiente:
                “Los jubilados o pensionados serán partícipes, sin más límites que los derivados de la Ley, en los beneficios que, con el carácter de prestaciones sociales, se obtengan o incorporen para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del Instituto en servicio activo” (sic).
                Actualmente y desde hace algunos años a los trabajadores en activo se les entrega una prestación social vía vales de despensa consistente en seiscientos pesos en vales de despensa y al jubilado (a) o pensionado (a) solamente se les otorgan trescientos pesos en vales de despensa?
                Si posterior a este Reglamento, las actuales “autoridades” consideran que el trabajador (a) que se jubila o pensiona no merece gozar de esta prestación, cabe aclararles que ninguna Norma, Ley o Reglamento tiene el carácter de retroactividad en perjuicio de persona alguna, por lo que si se atrevieron a desechar un logro del hombre que rememoran cada año con la entrega de una medalla que lleva su nombre y que hasta el mismo Gobernador realza y valida con su presencia, Lo único que enseñan es algo que se llama cobre y que jamás debieron estar al frente de esta Institución.
                El ahora Consejo Superior, se debe pronunciar al respecto y enmendar el “error” de quién haya cometido tal desatino, no importa que sea sobrino del “priista distinguido, no importa que sea el “delfín” del “señor rector”.
                Mientras que por un lado se pisotea un logro histórico; por otro se otorga al tutiplén la Medalla Guillermo González Galera”.

                “Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad".     
                                                                                                                                            Séneca.

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