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caminando por Santa Ana

lunes, 6 de junio de 2011

VEINTINCO AÑOS DE LABORES EN EL BENEMERITO

Con motivo de los festejos del “día del empleado” del Instituto Campechano, se llegó a al culmen del cinismo y del “me importa madre lo que piensen los demás” , pues sin recato alguno se repartieron las consabidas invitaciones a los trabajadores que cumplían 5, 10, 15, 20 y 25 años de servicio; lógico es que se revise a detalle el nombre de cada uno de los trabajadores y de los años de servicio que se reconocen.
Es innegable que este reconocimiento era motivo de orgullo (al menos para el que esto escribe) y de satisfacción por el camino andado. El reconocimiento en metálico pasa a segundo término aunque no debería ser así ya que en todas las instituciones se trata de entregar verdaderos estímulos económicos a los trabajadores que con su constancia, pertenencia y pertinencia en sus trabajos enaltecen a sus instituciones resaltando y magnificando a aquellos trabajadores que han trabajado 20, 25 y 30 años entregándoles a estos últimos (en otras instituciones) hasta monedas de oro y estímulo económico.
En nuestro Benemérito Colegio como decía un antiguo Director General “el trabajador del Instituto Campechano está acostumbrado a vivir en la estrechez económica” ya que siempre los recursos fueron exiguos, habiendo incluso el caso en que el último de los GRANDES RECTORES empeñaba sus pertenencias para cubrir la nómina y cuando el Gobierno del Estado radicaba la partida, entonces corría el RECTOR con el prestamista a recuperar sus pertenencias, ¡ah, que tiempos aquellos!
El caso es que en las invitaciones se detalla que el tristemente célebre Humberto Villamonte Peralta aparece como trabajador, sí aunque usted no lo crea; como T R A B A J A D O R con 25 años de servicio V E I N T I C I N C O A Ñ O S D E S E R V I C I O ¡Recáspita! ¡Mecachis! ¡Uta mare! De donde sacaron que este individuo trabajo 25 años; si el ingresó a laborar en esta institución dos años después que yo lo hiciera y el que esto escribe ingresó a trabajar el 16 de febrero de 1986 por lo que apenas estoy cumpliendo 25 años.
Si a lo anterior le sumamos que este individuo permitió entre otras cosas que los lentes fueran entregados cada año y medio (que su servidor estableció que fueran dados a los trabajadores cada año) violando flagrantemente la Ley Federal del Trabajo que dice que un logro sindical no se le puede dar marcha atrás y que terminó su triste gestión como Secretario General del Sindicato en el año del 2004 y JAMAS, DESDE ESE ENTONCES SE PRESENTÓ A TRABAJAR, entonces que alguien me diga donde están los 25 años que trabajó para el Instituto Campechano. ESTUVO MAS DE SEIS AÑOS SIN TRABAJAR!!!!!!
Si estuvo enfermo, la Ley es clara y procedía la pensión o no?
Pero si durante más de seis años, este individuo piloteó su avión ante el beneplácito de los encargados de vigilar celosamente (como lo hacen con los demás trabajadores que no son influyentes) que nadie falte a sus labores y contabilizan rigurosamente los retardos y las faltas; entonces:
QUE CARAJOS HICIERON QUE DURANTE MAS DE SEIS AÑOS SOLAPARON A ESTE INDIVIDUO.
Había que quedar bien con la nueva dirigencia sindical??? o
Solo así se puede ser Director?????
Ta cabrón vivir con los pantalones en los tobillos.

en donde la calidad y los valores éticos sean la constante en todas sus acciones”.
Visión del Instituto Campechano.

1 comentario:

  1. COMO SIEMPRE EN ESTA INSTITUCION TODO SE PUEDE, SIEMPRE Y CUANDO QUIERAN, ESO SI SI SE TRATA DE JODER A ALGUIEN HAY Q DARLE CON TODO, TOTAL ES UN POBRE TRABAJADOR Q NO PESA, NI MUCHO MENOS LES INTERESA QUEDAR BIEN CON EL, TAMOS JODIDOS Y SEGUIREMOS ESTANDOLO MIENTRAS SIGAN EN ESTA INSTITUCION ESA CLASE DE GENTE, POR NO DECIR OTRA COSA.

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